“La energía eléctrica es el corazón de ALMA, por lo que este equipo —y todo el grupo de ingeniería— se esfuerza para que el suministro sea de calidad y con la mayor estabilidad alcanzable. Así, en caso de imprevistos, pueda ser recuperado en el menor tiempo posible, permitiendo restablecer las condiciones de observación a la brevedad”, asegura Rolando Olivos, IMG Manager.
Con tres turbinas de gas capaces de producir hasta 3,7 MW cada una, una red de más de 90 transformadores y cientos de kilómetros de cables subterráneos, aseguran que ALMA funcione en lo alto del Llano de Chajnantor.
Entre los hitos del área destaca un logro excepcional: más de 600 días de operación continua sin detenciones no programadas, un récord que refleja el compromiso y la precisión del equipo.
Los últimos años también han traído desafíos importantes como cortes imprevistos, degradación de componentes y obsolescencia, los que han impulsado un trabajo conjunto con los fabricantes para fortalecer la confiabilidad del sistema y adaptarlo a nuevas condiciones de uso.
El impacto de su trabajo es fundamental: la electricidad que proveen no solo permite las observaciones, sino que también sostiene la vida del observatorio. Gracias a su dedicación, el equipo garantiza un suministro estable y rápido de recuperación ante fallas para que ALMA siga explorando el cosmos sin interrupciones.













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