Muchos años después, cuando llegó a ALMA, pudo combinar esta afición con su otra pasión: “Siempre quise trabajar ligado a la astronomía, era un hobby que tenía antes de entrar acá. Mirar al cielo, era algo casi terapéutico. La experiencia ha sido bien gratificante”, señala.


La atención de Juan Carlos nunca se despega del correcto funcionamiento de las antenas, pero siempre tiene un ojo disponible para admirar el desierto más árido del mundo: “La naturaleza nos regala una diversidad de climas y postales hermosas donde la mirada fotográfica puede retratar nieve, truenos, relámpagos, lluvias y vientos”.



Esas son algunas de las dificultades con las que coincide Carlos: “En la altura, por la poca concentración de oxígeno que hay en el aire, es fácil cometer errores. En la conducción, cuando llevas cansancio y vas cambiando de presión atmosférica, te puedes quedar dormido en el camino. Siempre hay riesgos”.


“Hay ocasiones en que miras alrededor y dices guau, cualquier persona que trabaja en una ciudad y mira esto, queda impactado. Se siente bien que esta sea mi oficina. Uno piensa, ¿volvería a trabajar en una oficina de lunes a viernes? Lo dudo”, cierra Carlos.
Les agradecemos a ambos por compartirlas.
Fotos bellas!!
Thanks to our photo ambassadors! Great pictures!
Es impresionante lo talentosos que son nuestros compañeros de trabajo! Que rico conocer esas otras facetas de las personas de equipo de ALMA. No solamente se trata de tomar los imagines de universo, la estetica visual de ALMA y del lugar donde esta ubicado el observatorio son unicas. Gracias por permitir a los que no subimos a las antenas a menudo por compartir las imágenes tan bellas e enamorar el mundo entero con lo que hacemos.
Tremendas fotos!!!!!!! Gracias por compartir!! Un abrazo a ambos!!