“Es algo único. Yo antes había trabajado en laboratorios, pero no manejando este tipo de dispositivos con este nivel de sensibilidad. Estoy consciente de que estamos en el ojo hoy porque de lo que se está hablando es de la Banda 1”, dice José.


El receptor es capaz de “leer” una mayor longitud de onda, lo que permitirá observar incluso cuando no existan condiciones óptimas en Chajnantor. Además, no todos los observatorios con los que colaboramos trabajan a altas frecuencias, por lo que facilitará observaciones conjuntas como ocurre en el Very Long Baseline Interferometry (VLBI).
“El desafío es estar consciente de que estamos manipulando dispositivos de alto valor tecnológico y son dispositivos limitados”, enfatiza José, quien es el encargado de revisar los 70 instrumentos provenientes de nuestros proveedores de Taiwán y, cuando ya pasan las pruebas, integrarlos al Front End.
Ya hay 30 receptores de Banda 1 probados y certificados por el equipo científico para su uso. Es decir que para alcanzar la meta de finales de septiembre, sólo faltan 20 bandas que actualmente están en su etapa de integración.

Sin embargo, el tiempo es escaso. “Trabajamos a una velocidad aproximada de dos unidades al mes, no logramos hacer mucho más. Hay que esperar el ciclo natural de mantención de los criostatos y también la mantención de la antena. Por eso necesita tanto tiempo”, explica Massimiliano Marchesi, jefe de AMG.



Las dificultades
Esta es la quinta banda que se integra a nivel local, por lo que el proceso ya es conocido. Sin embargo, tras la pandemia disminuyó el personal habilitado para trabajar, a lo que se sumaron percances más recientes como el ciberataque, complicando el flujo de las operaciones.
“Se podían hacer los trabajos físicos, usar los instrumentos que están ahí, pero a algunas cosas de database no se podían acceder, y eso nos dio un stop de más o menos un mes y medio”, relata Massimiliano.
Un proceso continuo
Mientras se termina la entrega de la Banda 1, ya se empezó a trabajar en el último receptor pendiente: la Banda 2. En poco más de un par de años deben estar listos para el ciclo 12. Por el momento sólo hay un prototipo aprobado.
Además, se espera que cada banda sea mejorada a futuro, como parte del proyecto ALMA 2030. “El número mínimo de bandas seguramente se va a alcanzar. Ha sido una experiencia súper en términos personales. Trabajamos con prototipos muy delicados pero también hay que cumplir con un ciclo de trabajo casi industrial. Y todos estamos muy comprometidos con estos desafíos”, concluye Massimiliano.

Un grande José y todo el equipo que trabaja en laboratorio en las distintas labores! Un cordial saludo para todos!