“Fue una década de crecimiento, tanto en lo personal como profesional. La experiencia laboral junto con la posibilidad de poder estudiar y obtener un doctorado, sumado a mi evolución personal, me dieron las herramientas para poder continuar contribuyendo al objetivo de ALMA desde un lugar que lo necesitaba”, dice.


Para Isaac su paso por nuestro observatorio “¡fue increíble! Conocí a mucha gente interesante y sentí renovada mi curiosidad y ganas de aprender. Eso te permite estar despierto, atento a las posibilidades”. De igual forma, Isaac cree que ALMA tiene en particular “un ecosistema muy rico y las oportunidades aparecen regularmente”, agrega.
Años que no pasaron desapercibidos para Mauricio, quien reconoce que ALMA “permitió que me pudiera desarrollar profesionalmente en áreas de mi interés gracias a capacitaciones en herramientas con las que pude hacer mejor mi trabajo”.
Hoy, trabajando en el Square Kilometre Array Observatory (SKAO) como ingeniero de bases de datos, ve lo clave que fue haber trabajado antes en nuestro observatorio: “La experiencia que se adquiere al estar en la operación de ALMA es algo que no tiene mucha comparación con ningún otro observatorio en la actualidad por la escala y los aportes a la ciencia del observatorio. A veces esto es algo que no se tiene muy presente estando en ALMA”, reconoce Mauricio.

Gracias por compartir sus experiencias y mucho éxito en sus nuevos desafíos!!!!!