En ALMA, uno de nuestros valores fundamentales es el cuidado, y nos educamos continuamente para prevenir los riesgos asociados al trabajo en altura. Entre el 28 de abril y 02 de mayo, el Departamento de Seguridad realizó con éxito sesiones de capacitación obligatoria sobre hipoxia crónica intermitente, una condición ocupacional que puede afectar a las personas que desempeñan sus funciones por sobre los 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Las sesiones de formación capacitaron a nuestros trabajadores para reconocer los signos de hipoxia, comprender los riesgos de trabajar a altitudes geográficas extremas y aplicar procedimientos preventivos. Como explica Iván López, nuestro Director de Salud, Seguridad y Medio Ambiente, "esta formación proporciona a los trabajadores las herramientas para actuar con mayor eficacia y confianza en caso de emergencia, fomentando una cultura en la que todos cuidan de sí mismos y de sus compañeros."
Tener un observatorio a 5.000 metros de altura presenta retos únicos. Iván destacó que “la baja disponibilidad de oxígeno es un riesgo constante, que afecta a las funciones cognitivas, a la capacidad de toma de decisiones y puede causar síntomas como náuseas, confusión y, si no se detecta, graves efectos para la salud a largo plazo.”
Reducir todos los riesgos
La formación también abordó las necesidades de quienes trabajan en turnos a gran altitud y normalmente viven más cerca del nivel del mar. Chile, por su geografía, es pionero en el estudio del desplazamiento de la población a zonas de gran altitud. Este fenómeno, conocido como hipoxia intermitente crónica (HIC), implica una exposición rápida y lapsos de tiempo intermitentes al agotamiento del oxígeno, algo habitual en nuestras instalaciones.
Durante las sesiones, nuestros colegas aprendieron a prevenir enfermedades como el mal agudo de montaña (comúnmente conocido como puna), la poliglobulia (exceso de producción de glóbulos rojos), el edema cerebral, el edema pulmonar agudo y los trastornos del sueño. También se les recordó la importancia de los buenos hábitos, como una dieta con menos calorías y más líquidos, junto con la garantía de una buena calidad del sueño, para mitigar los efectos de la hipoxia.

Las formaciones, celebradas en la sala de conferencias de la OSF y retransmitidas por streaming al auditorio de SCO, fueron un importante recordatorio de que mantener la salud y la seguridad es una responsabilidad compartida. Al fomentar la conciencia y la preparación, reforzamos nuestro compromiso de cuidarnos unos a otros y asegurar que ALMA opere de manera segura a alturas extraordinarias.
Mantener a ALMA a la altura de la salud y seguridad adecuadas en nuestros espacios de trabajo es una tarea de todos nosotros.
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