Este mes ALMA se despide de un colega muy querido: Lorenzo Martínez-Conde, quien cierra un importante capítulo de su vida tras años de dedicación, aprendizaje y servicio en el observatorio.
Lorenzo recuerda con especial emoción la inauguración de ALMA, un hito del que se sintió parte tras trabajar en la construcción de casi todas las antenas: desde fibras ópticas hasta pruebas de pointing y ajustes de paneles.
A lo largo de su carrera, lo acompañó siempre la necesidad de compartir conocimiento: con colegas, visitantes o cualquiera que lo necesitara. Para él, todas las personas del observatorio son valiosas, porque cada tarea –grande o pequeña– permite que el trabajo colectivo avance.
Si tuviera que resumir su trayectoria en tres palabras, elegiría desafíos, servicio y sacrificio: superar miedos, estar siempre disponible para apoyar a los astrónomos y asumir años de turnos que implicaron equilibrio familiar y compromiso. Por eso, su consejo para las futuras generaciones es claro: comunicar, compartir y no temer preguntar. Y para su yo del pasado: “estudia y sueña más”.
Desde ALMA, le agradecemos por todo lo entregado y le deseamos lo mejor en sus nuevas aventuras y proyectos personales. Su energía, su generosidad y su espíritu de colaboración seguirán siendo parte de la historia del Observatorio.













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