Antes de la pandemia, sus miembros se reunían cada cierto tiempo con el director de ALMA y el resto del CMT para interactuar en un espacio de confianza y empoderar a sus participantes. Una dinámica que el COVID-19 interrumpió, pero que desde agosto encontró un nuevo aire y formato de reuniones híbridas de una hora, que se hacen una vez al mes, independientes del CMT por ahora.


Carla agrega que los beneficios no son solo individuales, sino que organizacionales: “Creo que esta actividad beneficia mucho a ALMA, porque en muchos temas necesitamos ponernos de acuerdo y unir fuerzas detrás de un objetivo común, y en la medida que nos conocemos, se hace más fácil y se pasa mejor”.
Marcelo concuerda en que esta coordinación será beneficiosa para el observatorio: “El trabajar constantemente con los distintos integrantes del MMT en distintos aspectos, me hace ver de manera positiva y eficaz el enfoque que se quiere transmitir del grupo hacia el resto de la organización”.



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